Por Nicole Cantillana
Innovación
El calentamiento global entre muchas otras cosas afecta al sector vinícola, porque estar expuestos a las altas temperaturas hace que la calidad de la uva disminuya. Por esto diferentes viñas han innovado en su actividad empresarial y se han empeñado por generar nuevos productos y procesos con la intención de proteger a los racimos del sol.
Chile posee una superficie vitivinícola de 164.770 hectáreas y la calidad de sus suelos proporcionan un muy buen vino, lo que es reconocido a nivel mundial. Pero las alteraciones climáticas producto del efecto invernadero seca la tierra y la vid (sus hojas, racimos y tallos) porque al ser procesados su sabor, color y textura se ve alterada, lo que disminuye la calidad del vino.
En Chile, el Enólogo español, Aaron Pott comenzó a idear un sistema que ayudaba a las parras a resguardarse de los rayos ultravioletas (UV), fue así como creó unas hojas más grandes que las normales, alterándolas genéticamente, lo que proporcionaba sombra a las uvas y en los momentos críticos de calor los rociaba con agua fría.
El calentamiento global entre muchas otras cosas afecta al sector vinícola, porque estar expuestos a las altas temperaturas hace que la calidad de la uva disminuya. Por esto diferentes viñas han innovado en su actividad empresarial y se han empeñado por generar nuevos productos y procesos con la intención de proteger a los racimos del sol.
Chile posee una superficie vitivinícola de 164.770 hectáreas y la calidad de sus suelos proporcionan un muy buen vino, lo que es reconocido a nivel mundial. Pero las alteraciones climáticas producto del efecto invernadero seca la tierra y la vid (sus hojas, racimos y tallos) porque al ser procesados su sabor, color y textura se ve alterada, lo que disminuye la calidad del vino.
En Chile, el Enólogo español, Aaron Pott comenzó a idear un sistema que ayudaba a las parras a resguardarse de los rayos ultravioletas (UV), fue así como creó unas hojas más grandes que las normales, alterándolas genéticamente, lo que proporcionaba sombra a las uvas y en los momentos críticos de calor los rociaba con agua fría.
Pott quería innovar más en esta área, por lo que pensó que los víveres se podrían proteger del sol de la misma forma que lo hacen los humanos, con un bloqueador UV. Creó un spray a base de 250 gramos de aloe vera, 400 gramos de yuca y pequeñas cantidades de abono orgánico, lo que dio como resultado un excelente protector solar que mantiene a los frutos tersos y humectados. Además mantienen las condiciones ideales para exportarlos al exterior.
Sitios de interés:
1 comentario:
Bastante innovador el tema escogido por ustedes, ya que como Chile es un país reconocido por sus vinos, sus viñas deben tener un sistema de protección de uvas.
Pero ¿Cómo alteran las hojas para el proceso de resguardo de los parrones?
¿Hay otras viñas chilenas que usan este método?
Publicar un comentario