jueves, 10 de mayo de 2007

Cuidado con molestar

Priscilla Delgado
Psicología
Los trastornos alimenticios son enfermedades crónicas y se presenta con una luxación de la auto-imagen corporal. Existen agentes biológicos que indican una anomalía en los niveles químicos del cerebro, lo que se manifiesta a través de zozobra o comportamientos compulsivos. Además están los factores psicológicos, muy relacionados con el anterior, que influyen bastante en las personas que a pesar de tener características positivas, se sienten incapaces de lograr sus objetivos. No se identifican y tratan de controlarlo con su apariencia física.
Es importante el trabajo de los padres cuando sus hijos comienzan a mostrar características de trastorno alimenticio. Por ejemplo la obesidad; enfermedad nutricional más frecuente en los países desarrollados. Y tiene directa relación con enfermedades dermatológicas, gastrointestinales, cardiovasculares, diabetes, entre otros.
Es indispensable encontrar la solución en la niñez o juventud porque de lo contrario el riesgo de ser adultos obesos es mayor. El trabajo es en conjunto. Todos deben luchar por encontrar una mejoría ya sea consumiendo menos comida chatarra, mejorando la dieta alimenticia y creando consciencia social.




En el colegio los niños son crueles y es importante darse cuenta de la relación que tiene el niño con sobre peso y los demás, porque en su mayoría ellos son víctimas de burla de sus compañeros de curso. Lo que aumenta más el problema. Porque el factor psicológico es tal, que mientras más se le diga gordo más ansiedad va a sentir.
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me pareció muy interesante el artículo, ya que si bien es un tema hablado cotidianamente, lo cierto es que muy poco se dice sobre la relación que ésta tiene con aspectos físicos (más que lo meramente superficial).

Para ser más claro, en el caso de los trastornos alimenticios siempre se ha expresado que esto provoca cambios superficiales y dañinos en las personas, pero nunca había leído que también se producen otras enfermedades de manera más indirecta(dermatológicas, cardiovasculares, etcétera). Además, es bueno saber que el cerebro tiene unos químicos que se alteran de acuerdo a cómo uno piense sobre las cosas o las obsesiones que uno tenga.

En general, creo que es muy útil para las personas leer este arítuclo y darse cuenta de los daños que se hacen y que deben tratarse con un especialista. Además, la educación en los niños de básica debe apuntar a los valores para que los niños no sigan la tendencia de ponerse sobrenombres o descalificar casi gratuitamente.

CienciaMater dijo...

Este artículo trata de un tema de vital importancia en nuestra sociedad, ya que la depresión es un mal que va liderando las enfermedades mentales en nuestro país, y muchas veces los adultos como padres debieran preocuparse de inclulcarle a sus hijos el no burlarse porque el efecto que puede causar conductas de este tipo en la infancia puede causar estragos en la identidad y autoestima de ese niño en la adultez.

Anónimo dijo...

only shit my friend