El deseo del placer

Priscilla Delgado
Psicología

La felicidad es el “estado del ánimo que goza de poseer un bien”. Es sentirse a gusto, contento y satisfecho. Existen dos emociones influyentes en la felicidad, que son el placer y el deseo. Las personas podemos estar mejor psicológicamente si no sentimos culpa y si tenemos la posibilidad de gozar todo lo que la vida nos da. Descansar, tomar vacaciones, salir de la rutina ayuda a tener una mejor salud mental. Hay diferentes maneras para conseguirlo; por ejemplo a través del placer, que es una condición del ser humano y por nada algo sucio y no es posible lograr la felicidad sin ello. "Los que ejercen una actividad con placer, alcanzan mayor discernimiento y exactitud en cada uno de sus pormenores”. El juego, los viajes, la diversión, demuestran que en toda actividad humana hay placer, que es un fin y también un bien.

Otro punto importante para el bien psicológico es el hecho de investigar lo que nos interesa porque no hay bienestar sin la curiosidad. Además hay que tratar de no buscar una explicación para los momentos de emociones agradables, por lo tanto no organizar los sentimientos, porque dificulta su fluidez. Cuando se pasa por un buen momento, hay que tratar de no preguntarse tanto los por qué, sino tratar de disfrutarlo.

El deseo es la consecuencia de uno o más sentimientos no satisfechos, que fueron postergados de manera voluntaria o no. A cada deseo le antecede un sentimiento (por ejemplo al deseo sexual el sentimiento de atracción). Satisfacer los deseos implica el uso de la empatía. El abuso repetido de los placeres puede causar trastornos compulsivos de la conducta, como drogadicción o alcoholismo.

El estilo de vida hedonista (vivir intensamente y sentirse bien, exaltar más la sensibilidad e intentar estar bien es una responsabilidad vital ineludible) es resaltar que el placer es vital y cotidiano, además crea inmunidad psicológica y las defensas aumentan. Se nota al disminuir la gastritis, la piel está mejor, el pelo está más sano y el sexo se logra más. El placer o la alegría son el fin para la vida. El padre del Hedonismo Aristipo de Cirene, enseñaba que “el placer es el objetivo universal y fundamental del esfuerzo, no sólo el placer sensual sino también las formas más elevadas de gozo, placeres mentales, amor doméstico, amistad, y satisfacción moral”.

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