miércoles, 13 de junio de 2007

"Soy infeliz, quiero una pastilla"



Soledad Gómez

Felipe se autodescribe como "sensible, solitario e impulsivo", además declara que no es feliz y que se siente triste y rechazado muchas veces. Hace un año que empezó a tomar, "un cóctel" de psicofármacos, antidepresivos y ansiolíticos. "Fui a un psiquiatra y le dije que estaba muy deprimido, le conté más o menos lo que me pasaba y me dió varios remedios". Después los siguió comprando y volvió sólo una vez a chequeo.
Según el psiquiatra Adrián Vega (que no ha atendido a Felipe), esto es bastante común. Hay muchas personas que “integran la depresión como rasgo de su personalidad, les cuesta mucho hablar de sus conflictos y llegan pidiendo una receta”, dice.

"En muchos casos de enfermedad mental, un fármaco es indicado, pero no se aconseja como terapia exclusiva", dice la psicóloga María Jesús Ramírez. "La infelicidad, ciertamente, no es una enfermedad– asegura– aunque se asocia a la depresión." Lo aconsejable es realizar alguna terapia de apoyo, de las que existen muchas varidades. Felipe, en este caso se excusa: "No tengo tiempo", "me cuesta hablar" y "con las pastillas ando mejor", pero andar mejor es distinto que estar mejor y distinto de ser feliz.

Según la psicóloga, “hay personas que sufren porque se sienten diferentes, rechazados, no logran cumplir con las exigencias sociales o han tenido una pérdida importante y eso les genera estrés y deterioro anímico". Además, quienes "se cuestionan mucho el sentido de la vida, en general, tienden a los pensamientos negativos", dice. El problema es que "llegan a la consulta con la convicción de que tienen depresión y en la mayoría de los casos no es así. Al poco tiempo se impacientan y quieren que se les recomiende un psiquiatra o algún tratamiento farmacológico, aunque sea natural, y la mayoría abandona la terapia." En una sociedad en que todo debe ser rápido y eficaz, muchas personas buscan la felicidad en una tira de pastillas en vez de buscarla en sí mismos y en la vida diaria.

En opinión de la psicóloga, "la infelicidad no es un impedimento para ser feliz". En muchos casos las personas están cumpliendo "exigencias exógenas y no se han preocupado de sus propios deseos. Se paran en la mitad del camino y se dan cuenta de que no quieren seguir." Agrega que el tratamiento de un estado depresivo o su sintomatología debe ser integral, “abordar los conflictos emocionales, las relaciones interpersonales y afectivas, tanto como lo biológico y los trastornos que requieran apoyo farmacológico para la sanación y el beneficio de la persona.” La infelicidad no es un estado perpetuo y tampoco una enfermedad mental, aunque con ayuda psicológica se puede revertir este estado, encontrando las fuentes de insatisfacción en la persona.


Definiciones:
Ansiolítico: sedante o tranquilizante menor que se emplea fundamentalmente para el tratamiento de los episodios de ansiedad como los barbitúricos, las benzodiazepinas, la clormezanona, la hidroxicina, el meprobamato y el tibamato.
Psicofármaco: Medicamento destinado a corregir trastornos psíquicos.


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